domingo, 17 de mayo de 2009

HISTORIA DE LA DEMOCRACIA IV - LAS DISPUTAS POLÍTICAS

La hora oficial de la muerte de Franco, las 5:25 de la madrugada del 20 de noviembre de 1975, pero el realidad murió en torno de las 12 d mientras que los médicos que atendieron al general dijeron a alas 3:30…
En cualquier caso, la muerte de Franco hizo fracasar una maniobra política dispuesta para perpetuar su régimen. Los franquistas más inmovilistas deseadan que mantuvieran vivo a Franco el 26 de noviembre, cuando el presidente de las Cortes, Alejandro Rodríguez Valcárcel tenía que empezar a renovar su mandato.
Los falangistas y con ellos el presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro y el yerno de Franco, el marqués de Villaverde, sabían que perderían la oportunidad si el Rey tomaba el poder.



Con un falangista como Valcárcel en la presidencia de las Cortes, pensaban que podía controlar al Rey.
No estaban, los falangistas, equivocados porque una de las primeras acciones del monarca fue colocar al frente de las Cortes y del Consejo del Reino a Torcuato Fernández Miranda, quién desde su cargo, puso en marcha los instrumentos legales para la reforma política. El futuro del país pudo depender de unos pocos días.
salvados, ejemplo si los médicos, por orden de Arias, mantenían con vida a Franco hasta el dia 26 de noviembre, España no abriría la puerta de la democracia ni la de la libertad.
Si se esperaba hasta el día 26, todos continuaríamos siendo esclavos del gobierno franquista
Malo hubiera sido para el país si Franco muriera el día 26. Como muestra de lo que era aquél siniestro régimen está en que un mes y medio antes de que muriera Franco, este firmó cinco sentencias de muerte. Fue el último gran error de un general casado con la muerte.
Franco, al firmar puso al mundo contra España al firmar la muerte el 27 de septiembre de 1975 de tres militantes del FRAP (José L. Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y José Humberto Baena) y dos de ETA (Angel Otaegui y Juan Paredes Manor “Txiqui”) pese a que el Papa, el conde de Barcelona Juan de Borbón y su hijo Juan Carlos, además de su propio hermano Nicolás Franco insistieron en pedirle clemencia. Franco y su Gobierno la negó y así murieron los cinco: fusilados.
Un ejemplo de lo que sería el gobierno franquista.

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