sábado, 11 de octubre de 2008

EGLE PÜVI, profesora de educación especial de Estonia

Una mañana tremendamente calurosa que dan ganas, mas que nada, de meterse en el mar y disfrutar del frescor de las profundidades marinas mientras se observa la rala fauna y, a través de unas redes, una serie de animalitos con muchos tentáculos y que todos conocemos como medusas.
No tengo tiempo para ello, he de entrevistar a una mujer. Se lo había prometido. Es una mujer guapa, joven que aparenta de unos 20 a 25 años aunque pudieran ser menos o mas. Uno no está para hacer elucubraciones mentales de la edad de las mujeres. Aquí fallan las matemáticas claramente.
Egle Püvi, natural de la ciudad Tartu, Estonia, es una mujer dedicada exclusivamente a cuanto atañe al mundo de las personas minusválidas, sobremanera de las personas sordas.
Está en Ceuta, invitada expresamente por el asesor para alumnos sordos del Colegio Juan Carlos I, Joaquín Pinedo, burgalés que se siente ceutí y que lleva un año residiendo en la ciudad.
Egle Püvi es intérprete profesional de lengua de signos en su país además de ser una cualificada profesora de educación especial. Tiene la suerte de ser ahijada de la presidenta de la Federación de Estonia, Riina Kuusk, gran amiga mía desde hace tiempo y ello ha dado ocasión de que se abriera sin tapujos ante mis preguntas.
Habla el castellano perfectamente aunque con ese deje gutural propio de los eslavos y sus respuestas son claras y amenas.



Pregunta: ¿Cuál es el motivo de tu visita a Ceuta?
Respuesta: Recibí una invitación de Joaquín Pinedo, asesor para alumnos sordos del Colegio Juan Carlos I de Ceuta, para que comprobara la situación de los sordos ceutíes porque vengo estudiando una tesis para desarrollarla en mi país.
P: Iremos por partes, una dedicada a tu impresión de la ciudad y la otra adentrándonos en la esencia misma de tu trabajo… ¿Qué te ha parecido Ceuta?
R: Realmente me ha sorprendido la existencia de ésta bellísima ciudad. En Estonia se desconoce la existencia de ciudades españolas en el Norte de África. Se nota que es una ciudad excepcional, sus edificios, calles y gentes demuestran claramente la existencia de distintas culturas y religiones convergentes en la convivencia.
P: ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención?
R: La limpieza de sus calles en comparación con otras ciudades que he visitado; los cuidados jardines y la gran cantidad de áreas verdes que tiene.
P: ¿Qué te parecen los caballas?
R: ¿Caballas?, ¡ah!, sí, los ceutíes. Verdaderamente poco puedo decir dada la corta estancia que llevo (llegó el lunes) en la ciudad; pero he comprobado que los que atienden los bares y los restaurantes son muy amables y considerados.
P: ¿Qué tal la comida ceutí?
R: Muy rica, en pocos sitios he saboreado los frutos del mar como aquí. Son muy buenas las comidas de los restaurantes ceutíes.
P: Aquí dejaremos tus impresiones sobre la ciudad y entraremos en lo que en realidad corresponde a tu visita ¿Qué impresión saca de tu encuentro con los sordos ceutíes?
Es que como llevo poco tiempo aquí y sólo nos hemos reunido una vez, además con sordos de distintas procedencias, solamente puedo decir que los sordos adultos de ésta ciudad están muy dispersos, cerrados y faltos de información y que todo se puede resolver a través de la Asociación ceutí que habéis puesto en marcha. Es primordial que sean los propios sordos los que resuelvan los problemas que les atañen y nada mejor que a través de una entidad que los represente y con la que puedan demostrar que son personas válidas.
P: En eso estoy completamente de acuerdo… ¿Cómo son en Estonia, tu país?
En todas las ciudades importantes, en todas las regiones existen asociaciones de personas sordas que luchan por la reivindicación de sus derechos primordiales y la igualdad de oportunidades.
P: El Gobierno estonio… ¿Ayuda mucho a las personas sordas?
R: Debes tener en cuenta que nosotros hemos conseguido la “independencia” de la antigua URSS, se puede decir, recientemente y por ello aún no tenemos todas las infraestructuras necesarias para desarrollar todos los derechos de las personas. Aclaro que los intérpretes de lengua de signos ya existían desde antes y todos pagados por el Gobierno estonio. Los ciudadanos que precisen nuestros servicios no abonan absolutamente nada.
P: ¿Encuentra diferencias con los organismos para sordos españoles?
R: Sí, mucha diferencia y por ello me choca que en ésta ciudad no exista, hasta ahora, una asociación ni infraestructura pública local que vele por ellos, no me refiero a las entidades formadas por los padres ya que ahí los sordos no tienen ni voz ni voto y por tanto las decisiones que se toman son realizadas por los padres, que ha veces desconocen el camino a seguir para el futuro de sus hijos. Una enorme contradicción si sé que en las demás ciudades españolas, todas y cada una de ellas, disponen de asociaciones. La diferencia entre los letones y los españoles, hablando de las personas sordas, está en que aquí el Gobierno de la Nación y de las Comunidades ayudan mucho a los sordos con subvenciones para todo tipo de solicitudes, tanto para dotarlos de un local social, como para la fomentación de la cultura, de la educación de adultos, de centros de formación profesional. He quedado impresionada y eso es una experiencia que pienso llevarla a mi país. Lo que me choca, de verdad, es encontrar con que ésta ciudad no tiene nada que sí tienen las demás.
P: ¿Qué diferencia encuentra entre el sordo estonio y el español?
R: Salvo el idioma hablado, el lenguaje mímico, aunque es diferente, no presenta ninguna dificultad para que dos personas de distinta nacionalidad pueda mantener una conversación que una persona normal, desconocedora de la respectiva lengua, no lo puede conseguir. Otra cosa es cuando se trata de una relación sordo-oyente. Entonces es necesaria la presencia del intérprete de lengua de signos. En ambos países es el mismo problema, idéntico en cuanto a barreras de comunicación y las reivindicaciones son también las mismas.
P: Sobre educación, ¿tienes algo que decir?
R: En Estonia existen dos únicos colegios dedicados a las personas minusválidas sensoriales. Uno está íntegramente dedicado a la enseñanza oral y el otro es bimodal, o sea mitad oral y mitad lenguaje de signos.
P: ¿Puedes aclarar la diferencia en esas dos formas de educación y sus consecuencias?
R: Sí. Como persona oyente dedicada a la enseñanza me he dado cuenta que el sistema oral, si bien beneficia al sordo para que hable como Vd. o como yo, lo perjudica claramente en su formación educacional y cuando llega a la formación profesional, única meta para los sordos en mi país, encuentran tremendas dificultades para asimilar las lecciones técnicas al desconocer el significado de las palabras y de las frases, mientras que los educados por el sistema de lenguaje de signos, a la hora de la verdad, no tiene dificultades de comunicación, gracias a los intérpretes y profesores conocedores del lenguaje de signos, porque han aprendido lo que todos los niños estonios aprenden.
P: Según tu punto de vista y merced a tus contactos con Joaquín Pinedo… ¿Qué te parece la educación local de los sordos?
Bien, veo muy positivo que los niños sordos tengan profesores también sordos porque se establece un vínculo de confianza demostrada en que el profesor conoce perfectamente lo que el niño sordo espera de él. No digo que los maestros no sordos no sean válidos, pero para el niño no es lo mismo, ya que el profesor sordo sabe como es precisamente porque es sordo.
P: ¿Qué futuro ves, desde tu posición como persona oyente, el futuro del colectivo de minusválidos sensoriales?
Erradicar definitivamente la extrañeza de la gente al ver gesticular a dos sordos, es una forma de comunicación perfectamente normal, no es extraterrestre y ello implica que tengamos que “educar” a las personas normales para que vean a los sordos y sordas como ellas mismas se ven. Así ocurre, al menos en mi país, que la gente se asusta de ello. Lamentablemente los médicos juegan un papel ante los padres primerizos que se encuentran de golpe con un bebé totalmente desconocido para ellos y ahí entran los médicos con supuestas experiencias de cómo conducir la vida del bebé sordo. Los médicos deben dedicarse a sanar, no a asesorar.
Aquí tiene un papel importante una asociación de sordos, disponen de tres vías perfectamente comprobadas de cómo conducir los problemas que plantean cotidianamente la vivencia de una persona sorda, muchas veces conseguida gracias a las experiencias de otros sordos: la primera como consejera de padres y madres de niños sordos acerca de las posibilidades de su retoño; la segunda mantener debidamente informado a todo el mundo de los resultados que se obtienen a través de diversos estudios y la tercera, ser vínculo de unión entre todos abriendo puertas para la integración completa de la persona minusválida sensorial en la sociedad contemporánea manteniendo actividades culturales, deportivas y sociales.
P: Unas últimas palabras…
R: Que deseo fervientemente que los padres de niños sordos abran los ojos y no se avergüencen de la minusvalía de su hijo, que se introduzcan en el mundo de ellos y descubrirán cosas interesantes de las que podrán estar orgullosos y que pierdan el miedo definitivamente sobre el futuro de sus hijos. En definitiva que lo traten igual que a un hijo normal, sin mimos ni exigencias que no podrán superar. Si a un ciego no se le puede obligar a ver… ¿por qué quieren convertir a su hijo en una persona oyente a la fuerza? Sin contar con la voluntad de una persona libre poco conseguirán.
Hasta aquí dejamos a la encantadora y siempre risueña Egle Püvi, agradeciéndole su tiempo dedicado a “El Pueblo de Ceuta” y con los deseos de que disfrute de nuestra ciudad, con sus playas, paseos y… sobretodo con sus restaurantes y bares. Asimismo agradecemos la colaboración prestada desinteresadamente por Joaquín Pinedo, burgalés que se siente ceutí.

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