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Orocovis.- A lo lejos se escuchaban las risas de las tres niñas. Reían y reían dejando en el ambiente ese sonido contagioso que provocan las carcajadas.
Aunque sus padres no las oían, pues son sordos, la escena logró dibujarles una sonrisa pues denotaba la felicidad que arropa al hogar de Teodoro Santos e Hilda Martínez, desde que se determinó devolverles las cuatro hijas -también sordas- que hace más de un año el Departamento de la Familia les arrebató injustamente bajo un alegato de abuso sexual por parte del progenitor.
Lo increíble de este caso, agregó Andreu, es que el DF fue advertido de la situación por otra trabajadora social de apellido Ortiz que se unió a la investigación y que para el mes de marzo le entregó a la agencia un informe que relataba que era un error acusar al padre y que el sospechoso podía ser un amigo de una tía paterna de las menores.
Fue precisamente el testimonio de Ortiz al hablar sobre el informe oculto, junto a un informe pericial realizado en la Clínica de Salud Mental de la Comunidad, lo que arrojó luz.
relacionadas con el caso.
Tras un año de dolor, las niñas fueron devueltas hace unas semanas a sus padres, quienes se consuelan del sufrimiento vivido con las sonrisas de sus hijas.
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