lunes, 14 de septiembre de 2009

DIADA DE CATALUNYA CON GAFE



Hola, yo ahora estoy descansando en mi casa, es el Puente del 11 de septiembre, que es fiesta aquí en Catalunya. La fiesta se llama Diada y no me apeteció acudir a la manifestación. Sólo acudí a ver en Arenys de Munt. ¿Allí qué pasaba?, pues mítines políticos con banderas de la estrella sobre fondo azul y las barras catalanas de ERC. Observé a la gente votar. Querían la independencia de Catalunya…

Bueno, pues algunos piensan hacer de Catalunya una independencia, bueno, para mí me es igual, todos tienen derecho en una democracia. Punto y aparte.
Acudimos a un bar, y ahora hablo en clave de humor ¿vale?, entramos en un bar y vimos a un hombre de unos 50 a 55 años más o menos, que estaba sentado a la barra encima de un taburete. Estaba sentado triste con un vaso delante sin haberlo bebido nada. Estaba inquieto y moviéndose constantemente. Pedimos cerveza de caña, nos la ponen delante y preguntamos que le pasa a ese, al dueño del bar, que nos responde con un encogimiento de hombros, lleva horas así. El hombre seguía sentado inquieto y al parecer tiene problemas por lo que callamos y los dejamos.
Al poco rato entra un golfo fuerte, de anchos hombros y cabeza grande y fuerte, de unos 30 a 35 años. Pide una cerveza de botella, una mediana, cuando el barman se la pone mira… a mí no, al otro que está sentado pensativo. Al verlo pregunta al barman que le pasa a ese, le conoce, y el barman no sabe qué decirle porque ya lleva horas ahí igual.
El golfo se acerca y dándole un golpe en el hombro le pregunta qué pasa. Al mismo tiempo le agarra el vaso y se lo bebe de un trago. Vaya tío caradura que se bebe el vaso del otro. El hombre lo mira y se qued más triste aún. Entretanto el golfo empieza a marearse y cae bruscamente al suelo.
El dueño del bar se asoma y lo mira sorprendido, preguntándole al señor triste qué le ha pasado.
El hombre triste, después de pensarlo mucho, le explica que él tiene problemas innumerables.
El primero que en el trabajo lo han despedido.
El segundo que su mujer le ha pedido la separación, impidiéndole entrar en la casa y cerrándole la puerta. Dos problemas gordos.
El tercero, cuando bajaba para salir a la calle, le atracaron y le robaron todo, la cartera…, todo salvo un euro que dejaba en el mostrador y ya está.
Ahora, doble desgracia, el cuarto: viene ese golfo y se bebe su vaso que tenía veneno para él.
El dueño lo mira asombrado y ve que está muerto. Bueno. Nadie lo ha matado. El hombre triste quería beberlo y suicidarse, pero al contrario el golfo se lo quita y se lo bebe él mismo…
En un juicio ¿Cómo se arregla? ¿Es culpable el otro por haberlo matado? No, no.
Está claro, pues.
Adiós.