Una pareja blanca tiene un bebé negro por error de los médicos.

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Una pareja blanca tiene un bebé negro por error de los médicos.



Una matrimonio norirlandés se prepara par llevar a los tribunales al hospital de Belfast que por error ha fertilizado el óvulo de la mujer con el esperma de un hombre sudafricano, dando a luz, por tanto, a un niño negro.
Keith y Catherine Williams quieren que el Hospital Belfast les paguen una indemnización por el trauma emocional que toda la familia ha sufrido.
Michael pregunta constantemente a sus padres por qué no es blanco como ellos o como su hermana Susan, tres años mayor que él.
La madre está harta de que sea interrogada sobre si ha tenido una relación con otro hombre. El padre, que no puede tener hijos, teme que cuando digan la verdad a su hijo, éste reniegue de ellos.
Los médicos se equivocaron por el banco de esperma, al recoger un tubo se confundieron. Pensaron que era de un hombre blanco y cogieron el de un hombre negro. Pero en realidad no es de un hombre negro sino una mezcla de blanco, negro y asiático dentro del tubo y al inyectarle la dejaron embarazada.
Susan, la hija mayor, nacida de la misma serie de óvulos fertilizados podría tener en un futuro hijos de color negro.
En la escuela, el niño sufre insultos racistas por parte de niños que le preguntan, "¿Dónde está tu padre?. El padre, Keith 47 años, explica que viven en una pequeña ciudad que en su mayoría es blanca y la gente "no se está portando bien".

Los Williams no son los únicos que han sufrido errores de clínicas de fertilidad en Gran Bretaña, que según nuevas estadísticas oficiales, en el último año se habrían producido 200 casos de fallos garrafales en procesos de inseminación.